Tras mucho esperar, por fin llegó la esperada excursión a la granja. Después de trabajar durante toda la semana las cosas que nos encontraríamos allí, nos pusimos en marcha para conocer a ese fantástico lugar y esos divertidos animales.
Después, nos montamos en un burro...
Más tarde, hicimos unas bolsitas de olor con hojas de lavanda...
Las aplastamos muy bien para que se impregnara toda la tela con ese olorcillo... con la mano, con los codos, con la barbilla y ¡hasta con la nariz!
Tuvimos un día estupendo. Tan estupendo y cansado, ¡que algunos no pudieron esperar para quedarse dormidos en casa!
Tenéis muchísimas más fotos en MEGA.
Un saludo. María.